Hace un año ya que empezamos página de facebook y blog del Boulevard literario. Llevamos el facebook muy al día y contamos con más de 32.000 seguidores, una cifra absolutamente inimaginable cuando empezamos nuestra andadura. Enganchados a la página, buscando, colgando y compartiendo post diariamente, hemos dejado bastante abandonado el blog. De hecho, los que nos seguís, ya habréis visto que prácticamente sólo actualizamos con alguna reseña que nos da tiempo a hacer de nuestras más recientes lecturas. Este año tenemos previsto impulsar más el blog o cerrarlo dejando solo el facebook...la disponibilidad y el tiempo lo dirán. De momento aquí os dejamos nuestra primera reseña del 2015:
"El último septiembre" de Elizabeth Bowen, publicada por Acantilado.
Con el trasfondo de la Guerra de independencia irlandesa, la novela gira en torno a un grupo de aristócratas angloirlandeses en una gran mansión, que intentan llevar su vida con aparente normalidad, sin renunciar a sus cenas, fiestas y reuniones sociales, aun sabiendo que más allá de la verja que rodea a su finca hay soldados que mueren en escaramuzas y en combate abierto.
El aparente día a día ajeno a la situación de guerra, la frivolidad y el desinterés de los protagonistas por todo aquello que escapa a su limitada realidad, esconde, en el fondo, la premonición de un trágico desenlace que humanizará a los más snobs y hará madurar a la joven Lois, personaje que probablemente tenga muchos rasgos autobiográficos de la propia Bowen. De hecho, la escritora fue la única heredera de Bowen Court, un palacete en el condado de Cork convertido en la novela en Danielstown, el hogar de sir y lady Naylor, tíos de Lois.
Hay que destacar que ésta es una novela en la que importa más la descripción de lo que acontece que los hechos en sí. No puede considerarse una novela histórica aunque el trasfondo histórico es determinante para enmarcar la trama. El objetivo de Bowen es el de retratar un sector muy concreto de la sociedad que se ve envuelto en una situación bélica que prefiere ignorar por no saber como hacerle frente. Quizá porque en el fondo son sabedores de su último canto del cisne y se aferran a su mundo de apariencias y bienestar que tiene los días contados...
Bowen cumple con creces con su objetivo. El lector vive en Danielstown todo el tiempo que dura la lectura de la novela y llega a hacerse una idea muy precisa y entendedora de cómo son y por qué actúan como lo hacen, cada uno de los habitantes de la mansión.
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