martes, 19 de mayo de 2015

La alegría de escribir, Wislawa Szymborska

LA ALEGRÍA DE ESCRIBIR

¿Hacia dónde corre por el bosque escrito el corzo escrito?
¿A saciar su sed a orillas del agua escrita
que le calcará el hocico cual hoja de papel carbón?
¿Por qué alza la cabeza?, ¿ha oído algo?
Sobre sus cuatro patas, prestadas por la realidad,
levanta la oreja bajo mis dedos.
Silencio —palabra que cruje en el papel
y separa las ramas que brotan de la palabra «bosque».

A punto de saltar sobre la página en blanco acechan
letras que acaso no congenien,
frases tan insistentes
que consumarán la invasión.

Una gota de tinta contiene una sólida reserva
de cazadores, apuntando con un ojo ya cerrado,
preparados para el descenso por la .pluma empinada,
para cercar al corzo y llevarse el fusil a la cara.

Olvidan que esto, lo de aquí, no es la vida.
Aquí, negro sobre blanco, rigen otras leyes.
Un abrir y cerrar de ojos durará cuanto yo quiera,
se dejará fraccionar en eternidades minúsculas
llenas de balas detenidas en pleno vuelo.

Nada sucederá si yo no lo ordeno.
Contra mi voluntad no caerá la hoja,
ni una brizna se inclinará bajo la pezuña del punto final.

¿Existe, pues, un mundo
cuyo destino regento con absoluta soberanía?
¿Un tiempo que retengo con cadenas de signos?
¿Un vivir que no cesa si éste es mi deseo?

Alegría de escribir.
Poder de eternizar.


Venganza de una mano mortal.


De "Paisaje con grano de arena", Wislawa Szymborska, Traducción de Ana María Moix y Jerzy Wojciech Slawomirski, Editorial Lumen.





lunes, 11 de mayo de 2015

El gusano de seda

Bajo el pseudónimo de Robert Galbraith, se esconde ( aunque ya es sabido por casi todos), la escritora inglesa J.K.Rowling que, talento literario a parte, siempre será reconocida por haber despertado en millones de niños, y no tan niños, de todo el mundo, la afición por la lectura, gracias a las aventuras de Harry Potter, esa criatura menuda y con gafas que Rowling engendró entre cafés en un local londinense.

Del mágico mundo de aprendices de brujo, muggles e innombrables fuerzas malignas, J.K Rowling se transforma en Robert Galbraith y pasa a escribir "El gusano de seda",su segunda novela policíaca cuyo protagonista ya no es un chico tímido con grandes poderes, sino un hombretón, ex-soldado de la guerra de Afganistán, llamado Cormoran Strike, con poca magia pero gran intuición y tenacidad como detective privado.

El argumento no ganará ningún premio a la originalidad. Parece un cruce truculento  entre un episodio de "Mentes criminales" y una novela de Agatha Christie, escrita bajo peligrosa sobredosis de teína; pero está bien escrita, sabe mantener el interés y el desenlace resulta original y muy bien trabado.

"El gusano de seda" puede ser una buena opción para leer en la playa este próximo verano, o junto a la chimenea allí donde sea invierno.

Un plus: resulta divertido identificar los lugares de referencia literaria que van apareciendo a lo largo de la novela: desde Charing Cross Road, donde vive el protagonista, hasta locales como el Ye Old Chesire Cheese o el Chelsea Arts Club.





viernes, 8 de mayo de 2015

La libreria CASA USHER

ESTA LIBRERÍA ESTÁ ENCANTADA
por los espectros de tanta gran literatura
como hay en cada metro de estantería.
No vendemos baratijas, aquí somos sinceros.
Amantes de los libros: seréis bienvenidos
y ningún dependiente os hablará al oído.
¡Fumad cuanto queráis, pero usad el cenicero!
Busque, amigo, busque cuanto guste,
pues bien claros están los precios.
Y si quiere preguntar algo, hallará al dueño donde
el humo del tabaco se torne más espeso.
Compramos libros en efectivo.
Tenemos eso que usted busca,
aunque usted no sepa aún cuánto lo necesita.

La malnutrición del órgano lector es una enfermedad seria.
Permítanos prescribirle un remedio.


Texto a la entrada de la librería Parnaso en casa de la novela "La libreria encantada" de Cristopher Morley, publicada por la editorial Periférica.




CASA USHER es una pequeña/gran librería que ha abierto recientemente en el barrio de Sant Gervasi de Barcelona. A pesar de su sugerente nombre y de la cita con la que empezamos este post, ni es terrorífica ni está encantada...pero sí tiene mucho encanto.
La inauguración de una nueva librería es siempre una excelente noticia y si es como ésta, todavía más. Un espacio más bien pequeño pero tremendamente acogedor, un espacio en el que poder mirar, ojear, entretenerse, sin prisas y con tranquilidad; un espacio en el que la oferta sorprende gratamente por su variedad, y en el que, si buscamos algo que no está disponible, podemos encargarlo sin problemas y nos llega (damos fe) con prontitud. 
Es un verdadero placer comprobar que la gente que lleva CASA USHER: Gerard, Maria y Anna aman y conocen el mundo de la literatura. No hay más que ver cómo se enciende el brillo en sus ojos cuando te asesoran sobre libros. No son vendedores, son libreros. De los que acarician los libros mientras hablan, de los que los mecen entre sus manos mientras los recomiendan. Aman los libros y se nota.
En CASA USHER tenemos también la oportunidad de estrenar nuestras lecturas paladeando una buena copa de vino o saboreando un humeante café. Su patio de paredes blancas y ladrillo, y sus jóvenes y prometedoras buganvilias serán con toda seguridad, un buen refugio donde esconderse esta primavera o durante el caluroso verano barcelonés.
Además en CASA USHER han empezado a organizarse presentaciones de libros y exposiciones , las primeras muestras de un calendario repleto de actividades literarias. 
¡No se puede pedir más!
Os animamos a todos a que la conozcáis...






































lunes, 27 de abril de 2015

Siempre caro

No sabía quién era Marcello Fois cuando por pura casualidad, "Siempre caro" llegó a mis manos.
Tenía prevista otra novela para leer pero sus apenas 125 páginas, un argumento atractivo y especialmente, ver que el prólogo entusiasta era nada menos que de Andrea Camilleri, me decidieron a dedicarle un tiempo de lectura a esta novela que, afortunadamente, ha resultado ser un magnífico descubrimiento.
"Siempre caro" es una novela breve, que se lee en unas horas, y que nos sumerge de lleno en un pueblo de Cerdeña a finales del siglo XIX. Un robo, un acusado que se vuelve prófugo, después un asesinato, una familia poderosa en la que subyacen pasiones, celos e intrigas... e investigando y empeñado en resolver los casos, un abogado íntegro y carismático que combina a partes iguales, un sentido práctico de la vida con una extremada sensibilidad y goce poético.
Nuestro protagonista, Bustianu, da largos paseos después de comer por las colinas cercanas a su pueblo, de ahí el título de la novela "siempre caro", en referencia al paseo al aire libre, como hacía Leopardi en uno de sus poemas. Bustianu investiga y luego reflexiona a la par que contempla la naturaleza y en esa contemplación se encuentran los más bellos pasajes de esta obra, especialmente, el capítulo final en el que paisaje, naturaleza, sentimiento y humanidad explotan y se funden en un todo absoluto.
Original resulta también la estructura narrativa sostenida y combinada a través de tres narradores que dan agilidad y dinamismo a la historia.
¿Novela negra?...sí, pero casi encuadrarla en este género es lo de menos, porque hay tal riqueza de matices, complejidad psicológica de los personajes, realismo y poesía que es novela negra y mucho más. "Siempre caro" es, sencillamente, excelente narrativa que nos ha dejado con ganas de leer más novelas de Marcello Fois.






viernes, 24 de abril de 2015

Aniversario del fallecimiento de Alejo Carpentier

El 24 de abril de 1980 fallecía en París, el escritor cubano Alejo Carpentier uno de los autores fundamentales del siglo XX en lengua castellana, y uno de los artífices de la renovación literaria latinoamericana.
Entre sus obras más conocidas figura la novela histórica "El siglo de las luces" publicada en 1962 y ambientada en la época de la Revolución Francesa pero desarrollada principalmente en la región del Caribe. A ella pertenece el siguiente fragmento que ilustra perfectamente el estilo el estilo barroco de sus escritos y su teoría de "lo real maravilloso":

"Las olas venían del sur, quietas, acompasadas, tejiendo y destejiendo el tejido de sus espumas delgadas, semejantes a las nervaduras de un mármol oscuro. Atrás habían quedado los verdes de las costas. Navegábase ahora en aguas de un azul tan profundo que parecían hechas de una materia en fusión —aunque hibernal y vidriosa—, movidas por un palpito muy remoto. No se dibujaban criaturas en aquel mar entero, cerrado sobre sus fondos de montañas y abismos como el Primer Mar de la Creación, anterior al múrica y al argonauta. Sólo el Caribe, pululante de existencias, sin embargo, cobraba a veces un tal aspecto de océano deshabitado. Como urgidos por un misterioso menester, los peces huían de la superficie, hundíanse las medusas, desaparecían los sargazos, quedando solamente, frente al hombre, lo que traducía en valores de infinito: el siempre aplazado deslinde del horizonte; el espacio, y, más allá del espacio, las estrellas presentes en un cielo cuyo mero enunciado verbal recobraba la aplastante majestad que tuviera la palabra, alguna vez, para quienes la inventaron —acaso la primera inventada después de las que apenas empezaban a definir el dolor, el miedo o el hambre. Aquí, sobre un mar yermo, el cielo cobraba un peso enorme, con aquellas constelaciones vistas desde siempre, que el ser humano había ido aislando y nombrando a través de los siglos, proyectando sus propios mitos en lo inalcanzable, ajustando las posiciones de las estrellas al contorno de las figuras que poblaban sus ocurrencias de perpetuo inventor de fábulas. Había como una osadía infantil en eso de llenar el firmamento de Osas, Canes, Toros y Leones —pensaba Sofía, acodada en la borda del Arrow, de cara a la noche. Pero era un modo de simplificar la eternidad; de encerrarla en preciosos libros de estampas como aquel, de mapas celestiales, que había quedado en la biblioteca familiar, en cuyas planchas parecían librar tremebundos combates los centauros con los escorpiones, las águilas con los dragones. Por el nombre de las constelaciones remontábase el hombre al lenguaje de sus primeros mitos, permaneciéndole tan fiel que cuando aparecieron las gentes de Cristo, no hallaron cabida en un cielo totalmente habitado por gentes paganas. Las estrellas habían sido dadas a Andrómeda y Perseo, a Hércules y Casiopea. Había títulos de propiedad, suscritos a tenor de abolengo, que eran intransferibles a simples pescadores del Lago Tiberiades —pescadores que no necesitaban de astros, además, para llevar sus barcos a donde Alguien, próximo a verter su sangre, forjaría una religión ignorante de los astros... Cuando palidecieron las Pléyades y se hizo la luz, millares de yelmos jaspeados avanzaban hacia la nave, sombreando largos festones rojos que bajo el agua dibujaban las siluetas de guerreros extrañamente medievales, por su ineludible estampa de infantes lombardos vestidos de cotas agujereadas —que a tejido de cotas se asemejaban las hebras marinas encontradas por el camino y que traían atravesados, de hombro a cadera, de cuello a rodilla, de oreja a muslos, aquellos personajes, cruzados por astillas de luz, que el capitán Dexter llamaba men-of-war. El ejército sumergido se abría al paso del velero, cerrando sus filas después, en una marcha silenciosa, venida de lo ignoto, que proseguía durante días y días, hasta que las cabezas les reventaran bajo el sol y los festones se consumieran en su propia corrosión..."




sábado, 18 de abril de 2015

Aniversario del fallecimiento de Daphne du Maurier

El 19 de abril de 1989, fallecía en Cornualles, Inglaterra, la escritora Daphne du Maurier, descendiente de una importante y adinerada  família de artistas y literatos que propiciaron su formación como escritora. Tras estudiar en Londres y París, inició su andadura como novelista en 1928, consagrándose 10 años después con la que sería su obra más famosa,"Rebeca", de la que Hitchcock dirigió una estupenda versión cinematográfica.





Fotografía: Daphne DuMaurier at her desk. Photograph: Hans Wild/Time Life Pictures/Getty Images


¿Quién no recuerda este inicio de la novela y voz en off de la película?...

"Anoche soñé que volvía a Manderley, me encontraba ante la verja pero no podía entrar, porque el camino estaba cerrado. Entonces, como todos los que sueñan, me sentí poseída de un poder sobrenatural y atravesé como un espíritu la barrera que se alzaba ante mí. El camino iba serpenteando, retorcido y tortuoso como siempre... pero a medida que avanzaba, me di cuenta del cambio que se había operado; la naturaleza había vuelto a lo que fue suyo y poco a poco se había posesionado del camino con sus tenaces dedos. El pobre hilillo que había sido nuestro camino avanzaba y finalmente allí, estaba Manderley. Manderley reservado y silencioso. El tiempo no había podido desfigurar la perfecta simetría de sus muros.
La luz de la luna puede jugar con la imaginación. De pronto me pareció ver luz en las ventanas... Pero una nube cubrió de repente la luna y se detuvo un instante, como una mano sombría escondiendo un rostro. La ilusión se fue con ella y las luces de las ventanas se extinguieron. Veía un caserón desolado, sin que el menor murmullo del pasado rozara sus imponentes muros. Nunca podremos volver a Manderley, esto es seguro. Pero algunas veces, en mi sueños, vuelvo allí, a los extraño días de mi vida, que para mí empezaron en el sur de Francia..."




Abril

"La noche de abril en la que llegué estaba cargada de nubes y preñada de lluvia. Los contornos plateados de la ciudad, tenues, intrépidos, se alzaban por encima de una niebla desvaída, casi cantando hacia el cielo. Delicada y con finas nervaduras, una torrecilla gótica trepaba por las nubes. La esfera anaranjada del iluminado reloj del ayuntamiento parecía colgar en el aire de un cable invisible. En torno a la estación había un olor, dulce y seco, a hulla, jazmín y fragantes praderas."

Así empieza, "Abril" de Joseph Roth, recientemente publicada por la editorial Acantilado, una historia de amor que se lee en un soplo por lo breve y liviana que es, y cuyo inicio marca perfectamente el tono que vamos a encontrar al largo del relato.

Parece que Roth haya cogido paleta, unos cuantos colores que utilizará puros a veces  y bien mezclados otras,  una considerable variedad de pinceles de diferentes grosores pero de la misma suavidad y se haya dedicado a pintar un lienzo, componiendo un cuadro en el que se mezclan impresiones y detalles, explosiones de color y claroscuros, realismo y abstracción.

Con frases breves, muy descriptivas, imágenes que rozan y juegan con la poesía, el autor desarrolla una historia de amor narrada por el propio protagonista, fascinado por una muchacha que ve asomada a una ventana, y que se convertirá en su objeto de deseo.
Mientras leemos su historia, andaremos por las calles y jardines dónde transcurre la acción, guiados de la mano del protagonista que dirigirá nuestra mirada hacia donde a él le interesa, sumergiéndonos en su andadura y viviéndola con él. 

Una historia que se funde en el paladar del lector con el deleite de un bocado exquisito, pero que sorprende al final, con un desenlace totalmente imprevisible...