miércoles, 27 de marzo de 2019

"Como una rana en invierno", Daniela Padoan

Apenas van quedando ya supervivientes del Holocausto. Por edad, van falleciendo los pocos que lograron sobrevivir a la barbarie de los campos de concentración nazis. Por eso, libros cómo éste son tan necesarios. Porque la historia la cuentan los historiadores, pero son los testimonios directos los que en realidad la escriben.

No resulta fácil leer sobre lo que sucedió en los campos de exterminio como Auschwitz. Se atraganta tanta barbarie, tanta tortura, tanta violencia gratuita; se encoge el corazón al viajar en el tiempo y escuchar las historias tan terribles y dolorosas de los que sobrevivieron. Y nos duele porque no solo asistimos a la narración de sus recuerdos y se nos rompe algo en nuestro interior por pura afinidad solidaria como seres humanos, sino que nos duele porque nos aterra pensar que cualquiera de nosotros podíamos haber sido ellos y por la evidencia de descubrir y tener que reconocer el nivel de maldad al que puede llegar el ser humano.


"Como una rana en invierno" de Daniela Padoan, publicado por Altamarea, da voz a tres mujeres y a través de ellas, a las miles, millones de mujeres que perdieron la vida bajo el fascismo y el terror nazi, y cuyos testimonios han sido silenciados, olvidados o soterrados bajo las voces de los supervivientes masculinos. Liliana Segre, Goti Bauer y Giuliana Tedeschi representan a todas sus compañeras de Auschwitz-Birkenau, cada una de ellas, además, a tres grupos generacionales distintos: Liliana entró en el Lager siendo apenas una niña, Goti, una joven muchacha  y Giuliana una madre ya adulta.
Este volumen recoge tres largas entrevistas a estas mujeres admirables a cargo de Daniela Padoan, autora además del interesante texto que cierra el libro y que tan acertadamente,  prefirió poner como epílogo al final y no como prólogo para no restar protagonismo al testimonio de las tres entrevistadas.


¿Cómo se enfrenta una a las situaciones extremas de privaciones, torturas y vejaciones infringidas por violentos soldados armados y sádicas carceleras? ¿Cómo se sobrevive a la pérdida de los que amamos, al miedo de ser ejecutada, al hambre, a la enfermedad, a la humillación? ¿Cómo se puede mantener la dignidad y conservar el instinto de supervivencia? ¿Cómo vivir viendo y oliendo día y noche, el humo imparable de la chimenea de los hornos crematorios?
Liliana, Goti y Giuliana nos lo cuentan. Cada una a su manera según cómo y qué vivió. Os recomiendo coger lápiz para subrayar, o si sois escrupulosos post-it para marcar los muchos párrafos que merecen ser destacados y releídos, tantos que no acabaría nunca de transcribirlos aquí ; leed cada testimonio despacio, reflexionando sobre cada palabra, cada idea, cada imagen que surge de sus experiencias. No leáis las tres entrevistas seguidas, reposad entre una y otra para poder asimilar cada una de sus voces. Escuchadlas con atención. Y sobre todo, no las olvidéis.

"El hecho de testimoniar ha supuesto, para los supervivientes, la posibilidad de elevar una plegaria pública por los desaparecidos y de convertirse en el templo en el que hacerlo, de mantener un pacto secreto con los muertos -por el hecho de estar, a diferencia de ellos, en condiciones de hablar- y con las nuevas generaciones para enseñarles a estas que el mundo de colores con dibujos colgando en las paredes de las aulas de los colegios esconde un violento engaño del que hay que aprender no solo a defenderse, sino a reconocerlo dentro de uno mismo, para poder disentir."



Fotografía de Boulevard literario      


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