sábado, 15 de diciembre de 2018

"Maloca, Maloca" Michela Sonego

"Mientras balanceo mi insomnio en la hamaca, pienso que aquí todo es tan extraño y tan distinto que, en lugar de asombrarme por las diferencias, me sorprendo al reconocer sonidos, gestos y expresiones familiares. ¿Es posible que los grillos que ahora están cantando en la selva hagan el mismo cricrí que hacen en casa en verano? ¿Y por qué un padre yanomami se preocupa de la misma manera que un padre italiano? ¿Por qué sus ojos almendrados tienen la misma expresión  de angustia y temor cuando llega la noche y cree haber perdido a su hijo? Qué extraño es ver a una niña que se agarra a una mazorca de la misma manera que nuestras niñas se agarran a sus muñecas y ver a un viejo que se avergüenza  de bajarse los calzoncillos delante de una mujer, justo como le ocurriría a uno de nuestros viejos en el pueblo.
No hay nada que hacer. Estas personas son tan diferentes, tienen costumbres tan alejadas de las nuestras, que me llevará tiempo dejar de maravillarme cada vez que vea cómo su cara adquiere nuestras mismas expresiones, siendo el testimonio de preocupaciones y de sentimientos idénticos."


Entusiasmo, tenacidad, fuerza, vocación...pero ante todo, humanidad. La voz de Michela atraviesa la verde selva amazónica y hace una llamada a la humanidad entera para dar testimonio de que todas las civilizaciones de la Tierra, desde las más avanzadas a las más primitivas compartimos mucho más de lo que a simple vista parece. El miedo, el dolor, el odio, el amor, la alegría...son emociones y sentimientos comunes a todos los seres humanos y esta joven pediatra italiana que convivirá en las selvas brasileñas del Amazonas junto a los menudos e imprevisibles yanomamis, dará testimonio de ello en este entretenido e interesante "diario de a bordo" titulado "Maloca, Maloca. Una pediatra en la Amazonia" publicado por Altamarea ediciones con el que inaugura "Sotavento" una nueva colección de ensayos que promete ser como mínimo igual de interesante que su colección de narrativa italiana.


De manera sencilla y clara, Sonego nos va contando sus vivencias, su experiencia como pediatra en un mundo salvaje y remoto  regido por otras leyes y costumbres muy distintas a las suyas. Durante el tiempo que la pediatra italiana trabajará atendiendo la salud de los yanomamis sucederán anécdotas graciosas, algunos acontecimientos sorprendentes, otros tristes, peligrosos, incomprensibles...pues la percepción y la idea de la relación entre hombres y mujeres de esta peculiar tribu amazónica no siempre serán fáciles de entender desde la óptica civilizada y feminista de alguien como Sonego. No obstante todo lo va contando con delicadeza, admiración, ternura y un respeto tremendo por el otro, aunque en ocasiones la venza la indignación y la rabia por lo que percibe injusto y cruel, ya sea el maltrato que sufre en ocasiones la mujer yanomami o el asesinato de recién nacidos que sus madres no quieren. 


"¡Ay, estos yanomamis! Tienen miedo de la oscuridad pero castigan a sus mujeres con tizones incandescentes, abrazan con ternura a sus hijos y matan a los neonatos no deseados, lloran de nostalgia por sus parientes y no dudan en golpear a quien es más débil. No son buenos, no son malos, solo están más cerca que nosotros de la naturaleza. Y la naturaleza no es buena ni mala. La naturaleza es bella y al mismo tiempo brutal, dulce y violenta a la vez; hace brotar la vida en todas sus formas y, un momento después, siembra la destrucción y la muerte"


Mi interés por la labor médica y humanitaria de Sonego, después de leer este libro, me llevó a buscar más información en internet y lo poco que encontré sobre ella me conmovió mucho. Tras su experiencia por la Amazonia y después de colaborar en distintos países con Médicos sin Fronteras, acabó investigando y dando clases en la Universidad Francisco de Vitoria en Madrid ciudad en la que falleció. Tenía 54 años y una caída fortuita paseando por las calles madrileñas le ocasionó una conmoción cerebral que hubo que intervenir de urgencias. Un paro cardíaco acabo con su vida en pleno quirófano.
Triste final para una mujer valiente que superó todo tipo de adversidades en plena selva y acabó por encontrar su final en el civilizado asfalto de una capital europea. Para no olvidarla no se me ocurre mejor homenaje que leer "Maloca , Maloca"




Fotografía de Boulevard literario   

1 comentario:

  1. Muy conmovedor, movilizante y asombrosos los relatos y pensamientos de esta médica pediatra. Compraré su Maloca Maloca porque ha despertado una vez más mi curiosidad y mi admiración por Médicos sin Fronteras.

    ResponderEliminar