martes, 18 de diciembre de 2018

"Heridas del viento", Virginia Mendoza

"Si Adán y Eva no hubiesen sido expulsados del Edén -que durante siglos se imaginó a los pies del Ararat-, raramente aquel lugar, imaginario o no, seguiría llamándose Paraíso. El exilio amarra al exiliado al presente. Hay algo romántico en el desterrado que convierte al pueblo armenio en un pueblo de poetas y al Ararat en poesía"


Hay también un cierto halo poético en este libro, publicado por La Línea del Horizonte, ya desde su mismo título, "Heridas del viento", unas "Crónicas armenias" a través de las cuales, su autora Virginia Mendoza recorre los pueblos, aldeas y caminos de esa gran desconocida, olvidada, incomprendida e ignorada tierra que es Armenia, castigada por el hombre y la Naturaleza, por guerras y terremotos. Un país de apenas tres millones de habitantes que ha sido perseguido por gobiernos opresores, imperios que han invadido sus territorios, masacrado a sus hombres y violado a sus mujeres; políticos que miran hacia otro lado o que intentan hacerse con el gobierno del país mientras el pueblo lucha por consolidar la democracia y superar un pasado marcado por el impresionante genocidio en el que perdieron la vida más de un millón de armenios.


Pero éstas no son unas crónicas políticas, sino humanas, tremenda y llanamente humanas, porque la que escribe, periodista y antropóloga, vive y convive con los armenios, habla con ellos y sobre todo, los escucha; se sienta a su mesa y come y bebe con ellos, comparte sus risas y sus llantos, les ayuda a cavar la tierra y juega con sus niños, anda por sus caminos, respira su mismo aire y aprende a descifrar su lengua. El roce no podrá engendrar otra cosa que cariño y así, a través del conocimiento y el respeto, Virginia Mendoza vuelca en el papel las vidas armenias y las inmortaliza con tinta y papel para que no se pierdan, para que de alguna manera se eternicen y no se olviden.


A través de estas crónicas, conoceremos a seres humanos tan entrañables como esa pareja centenaria tan enamorada, Moses e Iskuhi, que tratan de sobrellevar su dramático pasado entre risas cómplices y mucho amor; al ciego Pavel y los religiosos molokanes, a la discreta Asya que "cuenta su vida en base a muertes de sus seres queridos", a mujeres valientes como la anciana Arevaluys...y tantos otros cuyas historias estremecen, emocionan, duelen y conmueven a partes iguales.


Mendoza transmite tal empatía por todo lo que retrata y lo cuenta con tanta exactitud que uno puede imaginarse perfectamente situación y personajes pero además, enciende en nosotros la chispa de la curiosidad que empuja a poner cara a los protagonistas de estas historias y a querer ver y saber más de ellos. Por fortuna, tenemos la posibilidad, que os recomiendo encarecidamente, de complementar esta interesante lectura con el estupendo blog de la misma autora titulado "Cuaderno armenio" (https://cuadernoarmenio.wordpress.com), en el que encontraréis fragmentos del libro, fotografías y videos, como el que la autora dedica a la artista armenia Lusik Aguletsi de la que os transcribo unas palabras muy acertadas que dan mucho que pensar. Conocer la propia cultura y la de pueblos ajenos al nuestro nos descubren que todo está conectado. Leed "Heridas al viento" y os daréis cuenta hasta qué punto.


"- Yo creo que cada mujer en el mundo tiene que conocer su cultura a fondo, de principio a fin; de dónde viene y a dónde va. Si conoce su cultura, lo conoce todo. Si una cultura no tiene pasado, no tiene futuro. Si conoces la cultura maya, conoces la cultura armenia. Nuestra cultura es muy antigua. Antes teníamos matriarcado. Tras adoptar el cristianismo lo perdimos todo. Pero algunas personas todavía podemos mantener algo. Los americanos sí lo perdieron todo. Al menos nosotros solo perdimos el oeste de nuestro país, que ahora pertenece a Turquía. Si quieres conocer a fondo la cultura de un país tienes que conocer la de los mayas -insiste- y la historia más antigua. Solo así llegarás a conocer la tuya. Renoir es Renoir y "mi" Renoir, igual que Armenia es Armenia y "tu" Armenia. Todo está conectado..."



Fotografía de Boulevard literario    



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