domingo, 13 de mayo de 2018

"Pájaros de lluvia", Clarissa Goenawan

Dicen en la LA Review of Books que ""Pájaros de lluvia" evoca en muchas ocasiones el surrealismo de Murakami, las pesadillescas descripciones de Abe, la juventud alienada de Yoshimoto y los desventurados amantes de Kawabata.". Ante semejantes comparaciones uno no puede evitar crearse grandes expectativas aun con la prudencia que se le debe presuponer a un posible marqueting o a la parcialidad del crítico o la publicación literaria en cuestión, pero el argumento parece interesante y como gracias a AdN Alianza de novelas he descubierto a dos magníficos escritores como son Edith Pearlman ("Miel del desierto") y Stephen Barry ("Días sin final"), me decido a leer la novela.

Nada más empezar, me cuesta encontrar información sobre su autora. Una pequeña fotografía en blanco y negro de una joven asiática de edad indefinida me mira sonriente, entre dulce y traviesa, desde la solapa del libro. No hay fecha de nacimiento. Sólo se nos dice de ella que "le encantan los días lluviosos, los libros bonitos y el té verde caliente"...¿ y eso es todo?, ¿no hay nada más interesante sobre Clarissa Goenawan? Bueno, la novela que tengo entre manos viene avalada por la concesión de un premio en el Reino Unido y ha sido finalista de varios más, aunque la verdad no me resulta familiar ninguno. Con sinceridad, con los pocos datos que veo, tengo la sensación de que voy a leer una novela más apropiada para un público juvenil que adulto pero voy a darle una oportunidad.

Cuando llevo leídas apenas 20 páginas ya se me han disparado todas las alarmas: página 9: "Mientras deslizaba la puerta del cuarto de baño, miré el tocador. La urna permanecía ahí, en silencio". Me pregunto: ¿cómo va estar si no en silencio, una urna funeraria que contiene las cenizas de un difunto?... En la misma página: "Llegué a la comisaria, donde me topé con un joven agente solitario que atendía detrás del mostrador. No había nadie más". A ver, si el agente era "solitario", ¿hace falta especificar que no había nadie más?...Diez páginas más adelante, "Keiko Ishida se había sumido en un sueño irreversible." (Había muerto, vaya) "Ni siquiera un tsunami podría despertarla de su sueño eterno". ¿Me parece solo a mi, bastante mala, para decirlo con delicadeza, esta imagen?...Empiezo a ponerme nerviosa. ¿Dónde están esos parecidos con Murakami, Yoshimoto y demás? Pero estoy dispuesta a llegar al final y sigo leyendo. En la página 137, "La puesta de sol tiñó la playa de cálidos tintes dorados", ¿se puede ser más tópico o yo estoy demasiado quisquillosa? Sea como sea, esto no funciona, ni me convence el estilo, ni me atrapa la historia...de momento, porque para ser justos, conforme avanza la narración, uno se va olvidando o no se va fijando tanto en la calidad literaria del texto que, lo mantengo, a mi juicio, está verde, y se va dejando llevar por la trama en sí y si nos conformamos con eso, "Pájaros de lluvia" funciona correctamente y se deja leer bien... si no somos lectores demasiado exigentes, si buscamos una lectura para pasar el rato o si nuestra media de edad no sobrepasa los veintipocos. No es un mal debut literario pero habrá que ver si Clarissa Goenewan madura como escritora en sus próximas novelas para que su nombre realmente pueda equipararse a esos autores consagrados con los que se la compara. 



Fotografía de Boulevard literario     


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