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martes, 30 de abril de 2019

"La vicevida", Valerio Magrelli

“Trenes de ida y vuelta, una mañana de invierno. A las ocho, llega un tren rebosante de suspiros. Bajan, y dejan un compartimento cálido, nutrido de aliento. Parece el interior de una balsa de playa, llena de hálito humano. Ellos se preparan, nosotros los sustituímos, en un triste comercio de respiros.” 
Cuando uno viaja en tren, a menudo suele quedarse ensimismado en sus propios pensamientos, mirando el paisaje a través de la ventana y adormilándose con el traqueteo suave y constante del coloso avanzando por las vías. Entre origen y destino podemos desconectar de la realidad y sumirnos en un trance suspendido en el tiempo. Es lo que Valerio Magrelli entiende por “La vicevida” y es en “trenes y viajes en tren” dónde la mirada viajera y el pensamiento divagador se convierten en literatura.

En este delicioso volumen publicado por Kriller71 Ediciones​ , viajaremos con Magrelli en tren siendo jóvenes, sin importarnos demasiado cómo ni a dónde vamos. A veces, con el miedo a equivocarnos de destino y perdernos. Sintiendo el mismo vértigo que al subir a una atracción. Nos deslizaremos suavemente con el tren bala japonés y esquivaremos las huidizas ratas del metro en Londres. Veremos nuestro rostro cansado reflejado en la ventanilla y confundiremos sueño y realidad al despertar de una pesadilla en un coche-cama viajando por Sicilia. 

Os invito a ser testigos del transcurrir inexorable de la vida y el pensamiento del autor a través de su prosa delicada y su estilo poético en los microrrelatos, cuentos, poemas y crónicas que componen este libro. El viaje vale mucho la pena. 
“Trenes, en fin, como espermatozoides, criaturas caudadas que corren hacia la fecundación, para desparramar sus semillas por el mundo”



Fotografía de Boulevard literario   



"La mujer pulpo", Atsushi Nakashima

Aun cuando este volumen, recientemente publicado por Hermida Editores​, se titula “La mujer pulpo. Cuentos del mar del Sur”, más que cuentos yo diría que son estampas, pequeñas crónicas y textos, pasados por el cedazo del tratamiento literario, que describen el folklore, el mito, las leyendas, los ritos y costumbres de los pueblos que el escritor japonés Atsushi Nakajima fue conociendo a través de sus viajes por Palaos, un país conformado por más de trescientas pequeñas islas volcánicas en el mar de Filipinas. 

El compendio de escenas cotidianas, encuentros fugaces con los isleños y recuperación de costumbres ancestrales convierten este libro de relatos en un volumen especialmente valioso e interesante para amantes de la antropología y las culturas primitivas de los mares del Sur y a los aficionados a los viajes. 

La prosa de Nakashima es eminentemente descriptiva y hace especial hincapié en los exuberantes paisajes isleños, el mar, la flora y la fauna, además de las costumbres locales de los habitantes que va descubriendo en su estancia en la Micronesia, plasmando además experiencias autobiográficas que añaden un importante valor documental acerca del propio autor, cuya muerte precoz quizá fuera la causante de que su obra no haya sido tan conocida como la de otros autores japoneses contemporáneos.
Este libro, impecablemente editado por Hermida editores es la oportunidad para descubrir a Nakashima. Os lo recomiendo.




Fotografía de Boulevard literario   



"Diálogos con Leucó", Cesare Pavese

En 1954, Alberto Moravia escribía en un artículo acerca de Cesare Pavese y su obra: “Pavese se autodefinía clásico rústico; en realidad, era un decadente provinciano. Probablemente, Melville, a quien Pavese tanto admiraba, hubiera dado de sí una definición ingenuamente moral y literaria, opuesta a la de Pavese, tan culta y tan crítica. Pero Melville creó el mito de la ballena blanca precisamente porque no estaba en su intención inventarlo. Pavese persiguió toda su vida el mito, con la intención de alcanzarlo, y no lo logró.”
El mismo Moravia afirmaba, no recuerdo dónde, que mientras Hemingway es recordado como un escritor que acabo suicidándose, Pavese fue más famoso por su suicidio que por su producción literaria.

Sean ciertas o discutibles las apreciaciones de Moravia, la verdad es que Cesare Pavese fue un magnífico autor, adscrito al realismo narrativo pero que quiso ser especialmente recordado por su obra más filosófica y hermética, los “Diálogos con Leucó”, su testamento literario y testigo silencioso de su muerte, su obra preferida en cuya primera página dejó escrita a mano la nota: “Perdono a todos y a todos pido perdón. ¿Vale? No chismorreen demasiado”.

Con el profundo respeto que inspira una obra que representó tanto para su propio autor, enfrentarse a la lectura de “Diálogos con Leucó” que ahora ha publicado Altamarea Ediciones​ (en una completa edición con Notas al texto muy de agradecer), es además todo un reto intelectual para el lector medio. Hay que ir despacio, avanzar sin prisas y con atención entre los veintisiete diálogos entre héroes y mitos de la Antigüedad, para desentrañar el sentido de sus conversaciones. En ellas se habla de lo humano y lo divino, de grandes dudas existenciales y filosóficas no siempre fáciles de entender y asimilar. Diálogos sobre la vida, la muerte, la juventud y la vejez llenos de simbolismos que son vehículo y pretexto, a través de los mitos, para dar voz al propio pensamiento de Pavese. 
Os garantizo que el esfuerzo para desentrañar el texto, vale la pena.



Fotografía de Boulevard literario    


"El mundo en que viví", Ilse Losa

La pequeña Rose desea fervientemente la Muñeca-Más-Linda-del-Mundo que su austera abuela nunca le comprará, sueña con mundos exóticos y lejanos a través de las verdes babuchas que su tío Franz le trae tras su paso por la guerra, ama la única rosa roja que crece en el alféizar de su ventana y con la que imagina viajar a Nueva York y mientras, en el estanque del jardín, nada y se esconde la bella ninfa Raquel.

Es ésta una primera infancia al abrigo de los cedros junto a la sinagoga, bajo la tutela de una abuela severa y del abrazo cariñoso de un abuelo protector. Rose crece feliz, ajena a la Gran Guerra que acaba dejando tras de si tantos muertos, hasta que su padre viene a buscarla. Empieza así, una nueva vida junto a él, junto a su madre y hermanos, en otro pueblo donde crecerá y descubrirá la realidad de la vida. Tan dura, tan injusta.

“El mundo en que viví” de Ilse Losa, publicado por Hércules de Ediciones​ es ya un clásico de la literatura portuguesa, país en el que la autora alemana de origen judío buscó refugió huyendo del nazismo. Y no es de extrañar que se haya convertido en un clásico porque lo que cuenta y cómo lo cuenta es una lectura deliciosa, recomendable para lectores de todas las edades.

Es éste el mundo de entreguerras, con el  triunfo del nazismo empezando a desplegar su terror ,  visto a través de los ingenuos pero inteligentes ojos de una niña que despierta a la vida y trata de entenderla. El despertar a la adolescencia con todo lo que ello comporta, buenos y malos descubrimientos, añoranzas, pérdidas de los seres queridos, recuerdos inolvidables y una realidad que empieza a mostrar los primeros síntomas de la amenaza del racismo y el rechazo hacia los judíos. 

Con un estilo equilibrado, templado pero siempre al filo de la emoción, con mucho sentimiento pero sin caer en sensiblerías; con una prosa que avanza a golpes de pincel, limpia, rápida, ligera, Losa describe paisajes inolvidables, gentes que forman parte de la vida de Rose y de los que nos apuntará sus tristes destinos. Sin recrearse en el drama, sin grandes exclamaciones, porque es con la serenidad y con la contención al hablar de tragedia, con lo que se consigue llegar a lo más hondo del corazón. La novela termina a las puertas de ese capítulo de la historia que no debería haberse escrito jamás. Ilse Losa logró burlar su destino. ¿Y Rose?... Leed esta preciosa historia y compartidla, jóvenes y mayores, porque es una lectura recomendable y necesaria para todos. 



Fotografía de Boulevard literario     


lunes, 29 de abril de 2019

"Las Heteras en la Antigua Grecia", Catalina Aparicio Villalonga

Mientras en la Antigua Grecia, políticos, filósofos, poetas e historiadores ocupan los espacios públicos, estudian, debaten, escriben, mandan y gobiernan, y, en tiempos de guerra, luchan y conquistan, las mujeres ¿dónde están?, ¿qué sabemos de ellas si atendemos a los textos que han llegado hasta nuestros días? Por lo que cuenta la literatura helénica y textos posteriores en los que Catalina Aparicio Vilallonga ha basado este interesante ensayo titulado “Las heteras en la Antigua Grecia”, publicado por Ménades Editorial​ ,el espacio destinado a la mujer hace más de 2500 años en la sociedad helénica era el hogar, su ocupación debían ser las tareas domésticas y su mayor virtud, el silencio.

De los textos clásicos (poemas homéricos, tragedias, comedias...) de los más variados y reputados autores, la mujer siempre suele ser retratada desde una profunda misoginia. Es un ser débil, que seduce y corrompe al hombre. Necesaria como esposa para procrear hijos legítimos, necesaria como concubina para satisfacer el placer masculino. Y poco más...salvo alguna muy afortunada excepción, a la mujer se le niega cualquier tipo de formación intelectual y se la reduce, por lo que al menos en Atenas se refiere, a una ciudadana de segunda a disposición del hombre. Pero hubo algunas excepciones entre las féminas griegas y fueron las “heteras”, malentendidas históricamente como prostitutas pero en realidad, mujeres independientes, inteligentes, cultas y bellas que tomaron con firmeza las riendas de sus vidas y dispusieron tanto de su cerebro como de su cuerpo como mejor les pareció hacerlo. En este libro conoceremos -y admiraremos- a las heteras más famosas de la Antigua Grecia: Friné, Gnatena, Laide, Aspasia...y otras féminas que aspiraron a algo diferente que el matrimonio y la vida doméstica. Por desgracia, ellas fueron una minoría; por desgracia, en la actualidad, la mujer sigue teniendo en según qué culturas y sociedades, una consideración similar a la que tenía en la antigüedad griega. 

Hemos avanzado mucho por conseguir los mismos derechos que los hombres pero aun falta mucho camino por recorrer...quizá las independientes y fascinantes heteras puedan servirnos de inspiración.



Fotografías de Boulevard literario      


"Ocho cuentos góticos"

Atención lectores cinéfilos y cinéfilos lectores. Si sois de unos u otros y además os gusta el género gótico, donde el suspense y el misterio se funden con lo terrorífico e inexplicable, ya sea evidente o bien insinuado, estáis de enhorabuena. “Ocho cuentos góticos”(Entre el papel y la pantalla) publicado por editorialsietepisos es sin duda vuestro libro. 

Tanto por su cuidada edición, como por la selección de los ocho relatos que reúne autores tan interesantes como diferentes, algunos muy conocidos (Poe, Irving,Bierce...) otros quizá no tanto (Hearn, M.R James, Connell...) pero todos, indiscutiblemente magníficos; como por la traducción y comentarios a cargo de Sara Martín Alegre, este libro es una pequeña maravilla para disfrutar y, si es posible, complementar con el visionado de las diferentes adaptaciones cinematográficas que se han hecho de cada relato y sobre las que Martín Alegre nos da una detallada y rigurosa crítica

Hay cuentos y películas tan famosos como “La leyenda de Sleepy Hollow”, “La caída de la Casa Usher”o “Espuelas”(“Freaks”) y otros menos famosos pero igualmente sugerentes y con curiosas versiones para el cine que, como puede comprobarse, suele buscar la inspiración en el motivo o esencia del relato para plasmarlo en películas que a veces acaban por desmarcarse del cuento original, como es el caso de “El arte de echar las runas” que inspiró a Jacques Tourneau en 1957 “La noche del demonio”, que aun siendo un producto interesante, se aleja bastante del cuento original.

Otros relatos son el origen para desarrollar una historia más compleja, como es el caso de “Sleepy Hollow” , como no podía ser de otra manera con la desbordante y delirante imaginación de Tim Burton y también hay películas, normalmente, cortometrajes que siguen el texto con mayor fidelidad como el cuento de Ambrose Bierce y el corto de Enrico.

Insisto, si podéis leer cada relato y la interesante información que se da de cada uno de ellos y acompañarlo del correspondiente visionado de su adaptación para la gran pantalla (podéis encontrar, además de DVD, algun título en youtube, entero o fragmentos) os garantizo que duplicaréis el placer que ya de por si os deparará este libro. 



Fotografía de Boulevard literario    








"Al final uno también muere", Roberto Valencia

"Esto es morirse: que alguien te succione el alma desde dentro y que la tensión arterial se desplome mientras tiritas. Es como una electricidad invertida, quieres averiguar qué separa un lado del otro, el derecho del izquierdo pero no tienes tiempo para girarte y en uno de esos infartos me mordí la lengua, lo veo, desperté con una llaga, lo veo también, y en otro me morí tratando de adivinar qué es lo que le ocurre a las gotas de saliva que permanecen dentro de la boca, lo veo, y hay veces que los ojos permanecen abiertos, lo sé porque, no sé por qué lo sé pero no paro de temblar, lo veo, y tiemblo, veo o siento cada uno de los mil, dos, tres mil infartos anteriores, que configuran como una carretera que alguien ha asfaltado y que se me impone, es la condición imprescindible para que yo llegue hasta aquí, hasta la última muerte que está a punto de, cómo podría decirlo, de consolidarse."

Novela extraña. Muy extraña. Quizá lo más original y diferente que he leído en mucho tiempo. Una novela obsesiva que gira y da vueltas entorno a un tema central a partir del que se tejen, entretejen, se enredan y se anudan, acontecimientos y reflexiones que van desde lo más trascendental a lo más absurdo.
“Al final uno también muere” de Roberto Valencia, publicada por La Navaja Suiza Editores es la historia de los miembros de una familia que mueren y vuelven a la vida una y otra vez. Estirpe que arranca con un abuelo de origen lituano que emigra para Buenos Aires donde vivirá su descendencia: padre, madre y dos hijos, uno de los cuales, Kleizha será el personaje central de este monumental embrollo de infartos sin fín que dan pie al autor para reflexionar sobre la vida y la muerte, el recuerdo y el olvido, a través de un esforzado intento de reconstrucción autobiográfica.

No recomendaría esta novela a todo el mundo, pero sí a todo aquel que busque una propuesta original, diferente, innovadora, en la que el drama se mezcla con la ironía en una trama compleja pero muy bien desarrollada que, eso sí, requiere una lectura atenta y concentrada para no perderse entre saltos argumentales y divagaciones. Todo un reto para lectores valientes y poco convencionales.


Fotografía de Boulevard literario

"5", Sergio Chejfec

A veces, en literatura, como en la vida, es necesario dejarse llevar, no crearse expectativas previas si no simplemente, entrar en el texto y paso a paso, ir hacia adelante intentando escuchar, ver y disfrutar la voz del narrador.

“No es tanto lo que nos cuenta el autor -me comentaba hace poco un gran amigo y aun, mejor lector-, sino cómo lo cuenta. Ese algo que nos atrapa y nos empuja a seguir le
yendo aun sin saber exactamente hacia donde vamos”. Por pura casualidad, unos días después de compartir café y charla con mi amigo, llegó a mis manos “5” de Sergio Chejfec publicado por Jekyll&Jill, y cuando empecé a leerlo supe que era uno de esos textos tan extraños como seductores que reclaman una lectura diferente, abierta, entregada y audaz. Una lectura donde lo principal es el cómo y no el qué...que también.

“5”
despista y a la vez, seduce. Es una narración fragmentaria que mezcla escenarios, tiempos, historias y personajes de manera, en apariencia, confusa, confusión buscada quizá a propósito o quizá de manera casual. Tal vez sea así para el espectador porque desconoce la estructura mental que rige al narrador. Compartimos ambos, autor y lector, el mismo código, pero como receptores que somos los lectores hemos de hacer un esfuerzo por descifrar el mensaje, no tanto por su contenido como por su intencionalidad.
“5” está formado por 2 partes, la primera con este mismo título y la segunda, llamada “Nota”, un texto más extenso que sirve de complemento, explicación y reflexión del texto anterior. Diferenciadas sutilmente ambas partes por el color del papel, “Nota” es más extensa y aúna al argumento, teoría sobre la escritura y el papel del escritor según Chejfec.

Por su complejidad, yo no me atrevería a decir que “5” es una obra para todo tipo de público lector, pero sí para todos aquellos que quieran explorar una ficción y una metaficción novedosa y diferente dentro de la literatura contemporánea.





Fotografía de Boulevard literario








lunes, 8 de abril de 2019

"El duende del jardín y otros cuentos", Willa Cather

Aunque quizá en su país de origen sea sobradamente conocida, y haya pasado ya a la historia de la literatura norteamericana como una de sus grandes clásicos,  lo cierto es que Willa Cather no es una autora demasiado leída en nuestros lares. Me sorprende y me entristece pues su obra merecería mayor difusión y lectura de la que parece tener hoy en día. 

Nacida en 1873 en Virginia, en el seno de una familia originaria irlandesa, una Cather de nueve años y los suyos se trasladaron a vivir a Nebraska, esa tierra áspera, salvaje, dura y bella que será el escenario de gran parte de sus novelas y relatos. Es la época de los pioneros que llegan, especialmente del Norte de Europa, para trabajar la tierra y colonizarla. Y es la época y los personajes que años más tarde cobrarán vida a través de la escritura de Willa.

Buscando fotografías suyas por Internet , hay algo que me ha llamado mucho la atención y que he observado ya en las imágenes que se conservan de cuando era niña. Desde la más tierna infancia, Cather tiene una mirada muy despierta, un brillo especial en los ojos que rebela posiblemente, un carácter sensible pero decidido. Su biografía corrobora esa mirada intensa y algo burlona. Willa se cortó el cabello, se encasquetó un sombrero y unos pantalones para ingresar en la Universidad de Nebraska presentándose como William Cather. En dicha Universidad estudió y conoció al primer amor de su vida, la atleta Louise Pound. Después de graduarse en 1895 se instaló en Pittsburg donde trabajó como periodista y después como profesora de latín y griego. Pero la verdadera vocación de Cather era la escritura por lo que, tras un viaje por Francia, volvió a los EEUU, instalándose en Nueva York con Edith Lewis, la que sería su compañera el resto de su vida.

Esta breve semblanza biográfica confirma pues, esa impresión que me transmite Willa Cather como persona, una mujer discreta pero consecuente que vivió su vida como mejor le pareció vivirla y que desplegó se enorme sensibilidad y talento en la creación literaria. Fue prolífica y cultivó diversos géneros, tanto escribió novelas como "Mi Antonia"(1918), "Uno de los nuestros"(1922, Premio Pulitzer), "Una dama extraviada" (1923), "Mi enemigo mortal"(1926)…; ensayos, como "El arte de la ficción", y también cuentos, escritos desde 1905 hasta los años 40 y que son el género que aquí nos interesa a raíz de esta estupenda selección titulada "El duende del jardín y otros cuentos" que ha publicado Ménades editorial con la admirable intención, como apuntan sus editoras en su página web, de devolver, en este caso a Willa pero también a otras muchas escritoras olvidadas, el lugar que les corresponde en la historia de la literatura.

Willa Cather es una figura singular en la literatura norteamericana porque, aun siendo contemporánea de autores como Sherwood Anderson, Jack London o Sinclair Lewis, su obra hace de puente entre ellos y los autores de la llamada "generación perdida". Recoge características estilísticas y temáticas de todos ellos, aderezándolas además con la influencia de Henry James y de Edith Wharton. El mérito de Cather sin duda fue el de asimilar todo este bagaje literario y conseguir una voz propia, un estilo personal que además evolucionó notablemente con el tiempo. Dotada de un estilo depurado y poderoso, Cather se prodiga en las descripciones tanto de ambientes como de personajes, mostrando en el retrato de estos últimos una destreza especial por evitar tópicos y buscar imágenes originales y poco usuales. 
Cather narra en sus historias la vida de los pioneros norteamericanos, originarios de Europa que se asentaron en las inhóspitas tierras vírgenes de La Divisoria a principios del siglo XX pero aprovecha no solo para contarnos aspectos de su forma de vida, penas y trabajos, sino que incide especialmente en las relaciones humanas, personales, entre padres e hijos, entre hermanos, entre amantes, dando protagonismo especial, a las mujeres pero, y es algo que me ha parecido especialmente meritorio, dando voz también a los personajes masculinos demostrando un gran conocimiento y una gran comprensión de la sensibilidad que es propia de cada sexo. Cather resulta tan creíble cuando da voz a un personaje masculino como a una mujer y resulta elegantemente ecuánime poniendo de manifiesto fortalezas y debilidades tanto de unos como de otras.

En los relatos de Cather no suceden grandes acontecimientos ni hay héroes protagonistas. Son historias que se estructuran a partir de una anécdota o de una situación cotidiana pero que cobran fuerza y dimensión por la manera que son planteadas. Por citar algún ejemplo, en "El funeral del escultor", el velatorio de un artista en su pueblo de origen, pone de manifiesto, tras un desarrollo de la historia que va "in crescendo", la mezquindad y bajeza de los que se consideran buenos vecinos y la nobleza de otros; "Una muerte en el desierto" analiza y desmonta con minuciosa cirugía los sentimientos de rivalidad de un hermano hacia otro y los efectos de la pasión y el amor, ligados a la música (por cierto, una de las grandes aficiones de Cather como puede también verse en el precioso y conmovedor cuento "Un concierto de Wagner") La infancia, entre inocente y maliciosa, queda retratada de manera sublime en "El peñasco encantado", donde inevitablemente uno se acuerda de los pillastres salidos de la pluma de Mark Twain. Y puestos a hacer asociaciones, leyendo ese agridulce y crítico "Flavia y sus artistas" no he podido evitar pensar en "Flora y los artistas" de Stella Gibbons, aunque desconozco si la inglesa conocía la obra de Cather.
Aunque no hay uno solo de los relatos que no merezca la pena ser leído y destacado, quiero hacer mención especial al que cierra este volumen, "El caso de Paul. Un estudio del temperamento". Por lo que he averiguado, este relato fue escrito en 1905 y está basado en un hecho real que ella vivió cuando daba clases en Pittsburg. Es el retrato de un muchacho que anhelaba salir de su aburrida y convencional vida cotidiana y creía que todo era posible con dinero...El desenlace y la lección a extraer de esta historia no puede resultar más dramática y pone en evidencia, que no solo el talento de Cather sigue plenamente vigente hoy en día si no también las historias y el mensaje de sus cuentos.  



Fotografía de Boulevard literario    





jueves, 4 de abril de 2019

"Dónde vivir", Carole Zalberg

Hace un par de años leí una novela preciosa de una autora que no conocía. El libro era "Jacob, Jacob" de la escritora francesa Valérie Zenatti, publicada por Armaenia editorial, que cuenta la historia de un muchacho judío en la Argelia colonial de los años 40, reclutado como soldado para liberar a Francia. Recuerdo esta novela como una narración delicada, sentida y a la vez potente y desgarradora. Una historia muy humana, profundamente conmovedora de aquellas que solo pueden ser escritas por alguien que ha vivido directamente los hechos que cuenta o como mínimo, le han sido contados de primera mano por alguien que sí ha pasado por circunstancias iguales o parecidas. Al terminar de leer el libro y mirar una vez más la fotografía de su portada, todo cobró pleno sentido...Me llevé a "Jacob, Jacob" en el corazón y tomé nota de Valérie Zenatti por si algún día volvía a tener la oportunidad de leer otra obra suya.


Pero mientras sigo esperando la ocasión, he descubierto, también gracias al impecable ojo editorial de Armaenia, otra autora de origen francés como Zenatti, Carole Zalberg, cuya novela "Dónde vivir", me ha deparado también una gran lectura. Intuyo que comparte con Zenatti orígenes judíos y que en su novela hay mucho de autobiográfico, ya sea biografía propia, familiar o de amigos cercanos. 


Varias voces y testimonios de una misma familia judía confluyen y se alternan en esta historia que transcurre entre 1949, con el testimonio de Saba y Sabta que a raíz de la Segunda Guerra Mundial se ven obligados a huir de Polonia para instalarse en París donde nacerán sus hijas, hasta nuestros días en los que los nietos tomarán la palabra explicando su vida, su presente y su futuro. Y entre ambas generaciones, el relevo intermedio de los padres, unos en París, más ajenos al sueño de la consecución de un nuevo Estado judío, y los otros, en Israel, dedicados por completo a dicho proyecto, integrados totalmente en su comunidad y trabajando en un kibutz.


Cada personaje da una visión distinta de la vida y la identidad judías. La narración se abre así como un caleidoscopio donde la realidad va cambiando con la edad y las circunstancias de cada uno pero siempre sin perder de vista la identidad propia y los orígenes como marca condicionante de presente y futuro. La última voz que escuchamos es la de Marie, la más joven de la familia y en ella se resume, posiblemente, el sentir común de todos y también de la propia autora: "Y te contaré, Anna, mi madre, que tu hermana y tú nunca estuvisteis separadas, que todos nosotros, finalmente, en nuestras balsas empujadas por la corriente, vivimos los choques, las desgracias y las bellezas de una única y misma vida, arraigada en la pérdida y que tiende hacia la calma." 



Fotografía de Boulevard literario     



miércoles, 27 de marzo de 2019

"Como una rana en invierno", Daniela Padoan

Apenas van quedando ya supervivientes del Holocausto. Por edad, van falleciendo los pocos que lograron sobrevivir a la barbarie de los campos de concentración nazis. Por eso, libros cómo éste son tan necesarios. Porque la historia la cuentan los historiadores, pero son los testimonios directos los que en realidad la escriben.

No resulta fácil leer sobre lo que sucedió en los campos de exterminio como Auschwitz. Se atraganta tanta barbarie, tanta tortura, tanta violencia gratuita; se encoge el corazón al viajar en el tiempo y escuchar las historias tan terribles y dolorosas de los que sobrevivieron. Y nos duele porque no solo asistimos a la narración de sus recuerdos y se nos rompe algo en nuestro interior por pura afinidad solidaria como seres humanos, sino que nos duele porque nos aterra pensar que cualquiera de nosotros podíamos haber sido ellos y por la evidencia de descubrir y tener que reconocer el nivel de maldad al que puede llegar el ser humano.


"Como una rana en invierno" de Daniela Padoan, publicado por Altamarea, da voz a tres mujeres y a través de ellas, a las miles, millones de mujeres que perdieron la vida bajo el fascismo y el terror nazi, y cuyos testimonios han sido silenciados, olvidados o soterrados bajo las voces de los supervivientes masculinos. Liliana Segre, Goti Bauer y Giuliana Tedeschi representan a todas sus compañeras de Auschwitz-Birkenau, cada una de ellas, además, a tres grupos generacionales distintos: Liliana entró en el Lager siendo apenas una niña, Goti, una joven muchacha  y Giuliana una madre ya adulta.
Este volumen recoge tres largas entrevistas a estas mujeres admirables a cargo de Daniela Padoan, autora además del interesante texto que cierra el libro y que tan acertadamente,  prefirió poner como epílogo al final y no como prólogo para no restar protagonismo al testimonio de las tres entrevistadas.


¿Cómo se enfrenta una a las situaciones extremas de privaciones, torturas y vejaciones infringidas por violentos soldados armados y sádicas carceleras? ¿Cómo se sobrevive a la pérdida de los que amamos, al miedo de ser ejecutada, al hambre, a la enfermedad, a la humillación? ¿Cómo se puede mantener la dignidad y conservar el instinto de supervivencia? ¿Cómo vivir viendo y oliendo día y noche, el humo imparable de la chimenea de los hornos crematorios?
Liliana, Goti y Giuliana nos lo cuentan. Cada una a su manera según cómo y qué vivió. Os recomiendo coger lápiz para subrayar, o si sois escrupulosos post-it para marcar los muchos párrafos que merecen ser destacados y releídos, tantos que no acabaría nunca de transcribirlos aquí ; leed cada testimonio despacio, reflexionando sobre cada palabra, cada idea, cada imagen que surge de sus experiencias. No leáis las tres entrevistas seguidas, reposad entre una y otra para poder asimilar cada una de sus voces. Escuchadlas con atención. Y sobre todo, no las olvidéis.

"El hecho de testimoniar ha supuesto, para los supervivientes, la posibilidad de elevar una plegaria pública por los desaparecidos y de convertirse en el templo en el que hacerlo, de mantener un pacto secreto con los muertos -por el hecho de estar, a diferencia de ellos, en condiciones de hablar- y con las nuevas generaciones para enseñarles a estas que el mundo de colores con dibujos colgando en las paredes de las aulas de los colegios esconde un violento engaño del que hay que aprender no solo a defenderse, sino a reconocerlo dentro de uno mismo, para poder disentir."



Fotografía de Boulevard literario      


sábado, 23 de marzo de 2019

"Un capítulo de mi vida", Barbara Honigmann

No sé si será o no casualidad pero éste es el tercer libro que leo de errata naturae que trata de la historia de una mujer contada por su hija.
Recuerdo el maravilloso y conmovedor "Tú no eres como las otras madres" de Angelika Schrobsdorff, coeditado con Periférica, y el fascinante "Ellos" de Francine Du Plessix Grey, también fruto de esa siempre eficiente colaboración entre estas dos editoriales que brillan solas con luz propia y deslumbran cuando colaboran.

Ahora de la mano de errata naturae, llega "Un capítulo de mi vida" de Barbara Honigmann, la historia de Alice Kohlmann, más conocida como Litzy Friedmann, una mujer con una vida intensa y llena de secretos y de medias verdades, en gran medida debidas a su pasado como espía. El propósito de esta obra es la de reconstruir el periplo vital de Friedmann a partir de los recuerdos de la autora pues por respeto hacia su madre, por cierto pudor personal o quizá por ambas cosas, prefiere no recabar información de fuentes externas. No es tarea fácil armar este rompecabezas biográfico cuando a la propia hija le consta que en la vida de su madre hay muchas vivencias, y en especial "un capítulo de su vida" que jamás ha contado a nadie y que deberá suponer o deducir a través de unas pocas fotografías, documentos y. especialmente, recuerdos. No obstante, ni la memoria es de fiar teniendo en cuenta lo que dice: "Mi madre me había transmitido dos mandamientos que, a primera vista, se contradecían: primero, no mientas, y segundo, si mientes, miente lo más cerca posible de la verdad. El segundo era en el fondo la interpretación pragmática de la elevada norma ética del primer mandamiento, y bastante razonable." Estas dos reglas de vida las aplicaba la propia Litzy Friedmann a la perfección. Ni la fecha exacta de su nacimiento, ni siquiera su color de pelo tienen datos concretos. Poco contaba Litzy de si misma, de su infancia, de sus distintos matrimonios, ni siquiera de la muerte de sus padres. Ante tanta reserva e información imprecisa, quién sabe si cierta o falsa, es lógico que aun mostrase más reserva cuando alguien pretendía indagar en las peripecias que debió vivir como agente secreto para los soviéticos colaborando con su ex-marido, Kim Philby, uno de los más famosos espías británicos del siglo XX. 
Honigman nos retrata una madre de fuerte personalidad, decidida, abierta y sociable, pero contradictoria. Una mujer judía pero que reniega de las tradiciones que le serían propias por su origen; una mujer de ideología prosoviética pero a la vez enamorada de una Inglaterra a la que traiciona; una mujer de simpatías marxistas que no obstante se muestra clasista con determinados grupos étnicos; una mujer que alternó sus supuestas actividades de espionaje mientras daba rienda suelta a su faceta creativa cosiendo vestidos para su hija.

Sin duda, la composición que nos vamos haciendo del personaje resulta fascinante y lo es más todavía lo que la autora nos va contando del contexto histórico de la época. Complementar la lectura de este libro con información adicional que he buscado en la red ha sido como viajar en el tiempo y conocer más a fondo acontecimientos y personajes llenos de interés: empezando por el famoso caso Rosenberg al que se alude nada más empezar el libro, el matrimonio acusado de pasar secretos sobre energía atómica al gobierno soviético por lo que fueron juzgados y condenados a muerte a pesar de las protestas de la opinión pública. Litzy dice de ellos: "Ejecutar a Ethel y Julius Rosenberg fue una barbaridad, pero inocentes no eran". Posiblemente ella tuviera información de primera mano al respecto pero  las investigaciones posteriores a la ejecución de los Rosenberg cuestionaron (al menos en el caso de Ethel) sus actividades como espías. También se mencionan en el libro, junto a la figura de Kim Philby, otros amigos suyos, todos jóvenes de clase alta educados en las aulas de Cambridge como Donald Maclean o Guy Burgess, cuyas peripecias como agentes secretos han sido recogidas no solo en los libros de historia sino llevadas al cine y a la televisión, en series y películas que garantizan una buena dosis de información y entretenimiento. 
Destacaría además el episodio entrañable en el que se hace referencia a la casa de Stefan Zweig en Bath que durante una época Litzy y su marido se encargaron de cuidar. Poco más sabe Honigmann de este episodio, salvo que posteriormente su madre le legó dos libros provenientes de la biblioteca personal de Zweig y que su padre no pudo evitar "quedarse como recuerdo" algún bolígrafo o pluma que el famoso escritor acumulaba en su escritorio como previsión para la tiempos de guerra.

Pero en conjunto,  la información recabada de la autora sobre la vida de su madre es poca, muy poca y ella lo reconoce y lo asume al final del libro. Su conclusión trasluce una resignada conformidad. Quizá por eso, lo único que he echado de menos en este ejercicio de recuperación de la memoria es más sentimiento, más carga emocional teniendo en cuenta que quién reconstruye esta historia no es un biógrafo cualquiera si no la hija de la protagonista. Hay un cierto distanciamiento, incluso una cierta frialdad quizá buscada a propósito para trazar la historia de la manera más objetiva posible o quizá fruto del propio temperamento alemán,  pero una implicación emocional mayor creo que hubiera conseguido crear una historia más profunda, más humana y más conmovedora para empatizar con la protagonista y para entender la relación entre madre e hija. 
Aunque de todos modos, bien mirado, quizá en el fondo, tampoco era ese el verdadero objetivo de este libro ni podía serlo pues "Tras su muerte, mi madre siguió siendo para mí tan incomprensible y contradictoria como solía lamentar a menudo mi padre"...


Fotografía de Boulevard literario        

miércoles, 13 de marzo de 2019

"Confesiones de un traficante de personas"

"Confesiones de un traficante de personas" de Andrea Di Nicola, profesor de Criminología en la Universidad de Trento y Giampaolo Musumeci, reportero, fotógrafo y videoperiodista especializado en la investigación relacionada con la inmigración, que acaba de publicar Altamarea en su siempre interesante colección de Ensayo, "cuenta cómo funciona la mafia que controla el negocio de quienes trafican con seres humanos. ¿Quiénes son? ¿Cómo y por qué comenzaron a traficar? ¿De qué manera organizan sus actividades ilícitas? ¿Qué rutas eligen y por qué? ¿Cuánto cobran y cómo lo hacen? ¿De qué modo han evadido los controles y las investigaciones oficiales, manteniéndose durante años en la sombra? ¿Cómo se "conectan entre ellos"? ¿De qué forma captan la demanda de migración?"


El tráfico de personas es el segundo gran negocio ilegal del mundo, cuyo volumen de ingresos solo es superado por el tráfico de drogas y precedido por el de armas.
Como cualquier otra actividad delictiva a gran escala, el tráfico de personas se organiza a través de grandes mafias de estructura piramidal en la que del primer al último implicado, todos los intermediarios sacan su pequeña o gran tajada hasta llegar a los jefes que suelen ser profesionales del crimen que actúan como hombres de negocios a los que resulta tan difícil acceder, como a ellos tan fácil esquivar el peso de la ley.

"Detrás de cada migrante que llega a Italia o a otro país de la Unión Europea, detrás de cada una de esas caras que sufren, con las que los periódicos nos golpean la conciencia al ponerlas en primera página, hay un empresario rico que se ha embolsado entre mil y diez mil euros. Estas páginas cuentan cómo trabaja la más grande y despiadada "agencia de viajes" del mundo"

El narcotráfico comporta el riesgo de perder la mercancía y tener que asumir las consecuencias. Pero el tráfico de personas anónimas, que huyen sin papeles de sus países de origen, ¿a quién le importa?, ¿a quién le preocupa o reclamará los cuerpos de aquellos que pierdan la vida durante su duro éxodo a través de las aguas del Mediterráneo?

Leer "Confesiones de un traficante de personas" es entrar en un mundo donde claramente la realidad supera a la ficción. Por mucho que imaginemos, que veamos imágenes en los medios de comunicación, los testimonios que recogen Di Nicola y Musumeci en este exhaustivo reportaje, superan cualquier idea que nos hayamos hecho de este drama que sufren a diario cientos, miles de personas, y que como seres humanos que somos debería interesarnos y preocuparnos a todos.

Interceptar barcos y castigar a sus barqueros, no es una medida suficiente para erradicar el problema. Como dicen los autores del libro "Es necesario que policías y jueces de medio mundo se pongan en contacto e intercambien información" porque es necesario llegar a lo más alto de las organizaciones mafiosas que alimentan este terrible negocio para poder acabar con él.

Si algo respira este minucioso reportaje es sinceridad. Se nota que hay un trabajo comprometido y realista por parte de sus autores y el epílogo lo confirma, un colofón donde, por una parte, se denuncia la manipulación que a menudo hacen los medios de comunicación sobre este tema y por otra, se apela directamente a la Unión Europea para que proponga políticas de migración y estrategias comunes para luchar contra los contrabandistas de seres humanos. Ojalá llegue el día que nadie se vea obligado a abandonar su propio país por motivos políticos, económicos o bélicos y todos podamos vivir con dignidad en cualquier parte del mundo, pero aun queda mucho camino por recorrer...



Fotografía de Boulevard literario      




lunes, 4 de febrero de 2019

"Una historia de la luz", Jan Nêmec

Efectivamente, ésta es "una historia de la luz" y a su vez, la historia de un muchacho soñador, atrapado por sus inquietudes artísticas y poseedor de una sensibilidad muy especial que busca expresarse a través del dibujo, de la imagen, de la fotografía.

Es ésta la historia de Frantisek Drtikol, uno de los fotógrafos más importantes de la primera mitad del siglo XX cuya obra, reconozco, no conocía y a la que he llegado gracias a esta espléndida biografía novelada de Jan Nêmec, publicada por errata naturae.

De la mano de Nêmec, y escrita desde una poco usual pero original segunda persona narrativa, acompañamos a Drtikol desde su más tierna infancia en un pueblo minero checo hasta su vida adulta como fotógrafo profesional en Mattas, Múnich y finalmente, en Pribam. Desde esos nueve años escasos en los que lo vemos dibujar absorto y fascinado con un lápiz que le regala su padre y que él cree que contiene todos los trazos imaginables del mundo hasta ese fotógrafo profesional que monta su estudio para ganarse la vida, asistimos al paso de la juventud a la madurez, la pérdida de la inocencia, los primeros contactos directos con la muerte, los primeros presagios y ensoñaciones espirituales, los primeros deseos, las primeras frustraciones...pero siempre con una constante que permanece inalterable en el interior del joven Drtikol: la más febril e inquieta de las aspiraciones posibles de un artista, la búsqueda de la belleza a través de la fascinación por la luz.

Drtikol aprende el oficio de fotógrafo en un momento histórico en el que la fotografía adquiere una gran importancia, especialmente por lo que se refiere a retratos personales y familiares. Pero nuestro joven artista intuye más posibilidades que las de plasmar simplemente la realidad convencional, ajustada al puro encargo y deseo del cliente. Intuye y aprende a través de los grandes maestros fotógrafos de la época que se pueden captar imágenes diferentes, buscar y jugar con la luz y sus efectos. Fascinado además por el cuerpo y las formas femeninas, desarrollará una obra con un estilo propio, innovador y vanguardista, en el que los desnudos femeninos tendrán un gran protagonismo.

El joven Frantisek pasará y superará la Gran Guerra, enfermará gravemente de pulmonía y llegará a la treintena sintiendo que no ha conseguido nada en la vida. Son continuos sus fracasos amorosos, fallidas sus experiencias con las mujeres de las que se enamora, su trabajo... parecen haber entrado en vía muerta a la vez que va creciendo su obsesión por la búsqueda de la verdad, la luz y la belleza, no importa el orden, tres obsesiones que persigue incansablemente y que parece nunca llegará a alcanzar.

A lo largo del texto, va tomando cuerpo la idea de la fugacidad del tiempo, la imposibilidad de retener momentos, personas, imágenes, la vida misma...todo pasa inexorablemente, todo acaba, desaparece y quizá sea esa certeza la que guía a Drtikol a lo largo de su vida, tras el objetivo de su cámara. Ya adulto, conocerá el éxito profesional, gracias a sus fotografías de desnudos, que serán más o menos censuradas, pero a pesar de realizarse como artista, seguirá fracasando a nivel personal, se separará de su esposa, la bailarina Erva Kupferová con la que tendrá una hija y buscará respuestas en teorías místicas y espiritistas.

Debo reconocer que me han interesado especialmente los primeros años de la vida de Frantisek, hasta su juventud, ya sea por las propias experiencias que se narran como por el tono que emplea Nêmec, más intimista. Resulta difícil mantener la atención del lector durante casi 500 páginas y en algún momento, las largas disertaciones espirituales o la falta de acción me han frenado el avance ágil de la lectura. No obstante, es una biografía novelada sólidamente escrita y con una minuciosa caracterización del protagonista, de sus tensiones emocionales y sus inquietudes artísticas, y una buena aproximación al panorama histórico y cultural de la antigua Checoslovaquia de la época. 



Fotografía de Boulevard literario    



martes, 15 de enero de 2019

"Estudios de lo salvaje", Barbara Baynton

Leer "Estudios de lo salvaje" de Barbara Baynton no me ha resultado fácil. Se me ha hecho a ratos duro, incómodo, incluso siniestro; per a su vez, algo en los relatos me mantenía con los ojos clavados en el papel, incapaz de dejar la lectura, y así, uno tras otro, han ido desfilando ante mi las más variadas escenas y personajes de una Australia rural, profunda, inhóspita y casi, malvada. A medida que iba leyendo, mi libreta de notas se iba llenando con observaciones y comentarios pero...al llegar al posfacio de Pilar Adón, todo lo anotado se fue desvaneciendo bajo su completo y detallado estudio. ¿Qué más puedo añadir yo a todo lo dicho y tan bien dicho por esta otra gran escritora que es Adón?


Al cerrar el libro me quedé mirando la portada y vi que su ilustración no es para nada gratuita y que a su manera también nos habla del contenido de la obra. Una vez más, Impedimenta se luce con sus delicadas ediciones y reserva para ésta en concreto, unas flores aparentemente inofensivas pero que vistas de cerca no son tan frágiles como parecen. "Study sheet with Sea Thistle, Hop and Clematis" se titula la ilustración. Los cardos tienen pinchos, las clemátides y el lúpulo son fuertes, robustas y trepadoras. No puede ser coincidencia que el grabado que ocupa la portada de este volumen de cuentos reúna a estas tres especies de bellas pero resistentes flores que, para vivir o mejor, para sobrevivir, despliegan todos los recursos que la Naturaleza pone a su alcance, exactamente igual como hacen o intentan hacer cuando las dejan, los personajes femeninos que protagonizan los relatos de este libro . No puede ser casualidad que la autora de esta ilustración sea Julie de Graag, artista que se suicidó a los 46 años tras graves problemas físicos y mentales, dejando una obra sobria pero refinada centrada en retratar escenas rurales, mujeres campesinas,  plantas y animales...cualquiera de los cuales podría formar parte de este universo que Baynton retrata con tanta crudeza, realismo y precisión.


No es de extrañar que "Estudios de lo salvaje" no tuviera buena acogida entre los editores y el público lector australiano de finales del XIX. Lo que cuenta Baynton dista mucho de dar una imagen idílica o positiva del mundo rural de la época. Más bien, las escenas que nos describe ponen en evidencia unas costumbres y personajes rudos, hostiles, donde la violencia y la maldad se integran en la vida cotidiana sin apenas remordimientos. Hombres violentos, que carecen tanto de escrúpulos como de virtudes, bebedores, lascivos, racistas y holgazanes. Mujeres silenciosas, trabajadoras abnegadas que, sometidas a todo tipo de humillaciones, agresiones y maltratos, luchan por seguir adelante. Perros nobles cuya fidelidad se ve premiada a golpe de palos.


Hay en todos los cuentos una atmósfera desasosegante, una tensión que va en aumento y que vaticina desenlaces y finales que muy poco tienen de felices. Baynton mezcla en su estilo naturalista, toques de suspense ("La mano tullida"), algunas atmósferas incluso de terror gótico ("La soñadora" o "El instrumento elegido"), descripciones extremadamente realistas bajo las que encubre denuncia y crítica sobre la situación de la mujer o el racismo ("La compañera de Squeaker"o "Billy Skywonkie"), y especialmente en el cuento "Una iglesia en la maleza", un humor socarrón y caricaturesco que me ha hecho recordar al de las novelas de Stella Gibbons y sus asilvestrados granjeros de Cold Comfort Farm , protagonistas de la saga de Flora Poste, también publicada en Impedimenta. Barbara Baynton se suma así con su obra a grandes escritoras como Gibbons, Penelope Fitzgerald, Beryl Bainbridge, Irene Handl, Joan Lindsay, Penélope Mortimer, Muriel Spark o Eudora Welty descubiertas todas gracias al catálogo de Impedimenta que espero siga proporcionándome nuevas alegrías lectoras, como han sido estos "Estudios de lo salvaje" que presiento, tardaré en olvidar.



Fotografía de Boulevard literario