“Trenes de ida y vuelta, una mañana de invierno. A las ocho, llega un tren rebosante de suspiros. Bajan, y dejan un compartimento cálido, nutrido de aliento. Parece el interior de una balsa de playa, llena de hálito humano. Ellos se preparan, nosotros los sustituímos, en un triste comercio de respiros.”
Cuando uno viaja en tren, a menudo suele quedarse ensimismado en sus propios pensamientos, mirando el paisaje a través de la ventana y adormilándose con el traqueteo suave y constante del coloso avanzando por las vías. Entre origen y destino podemos desconectar de la realidad y sumirnos en un trance suspendido en el tiempo. Es lo que Valerio Magrelli entiende por “La vicevida” y es en “trenes y viajes en tren” dónde la mirada viajera y el pensamiento divagador se convierten en literatura.
En este delicioso volumen publicado por Kriller71 Ediciones , viajaremos con Magrelli en tren siendo jóvenes, sin importarnos demasiado cómo ni a dónde vamos. A veces, con el miedo a equivocarnos de destino y perdernos. Sintiendo el mismo vértigo que al subir a una atracción. Nos deslizaremos suavemente con el tren bala japonés y esquivaremos las huidizas ratas del metro en Londres. Veremos nuestro rostro cansado reflejado en la ventanilla y confundiremos sueño y realidad al despertar de una pesadilla en un coche-cama viajando por Sicilia.
“Trenes, en fin, como espermatozoides, criaturas caudadas que corren hacia la fecundación, para desparramar sus semillas por el mundo”
Fotografía de Boulevard literario