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jueves, 1 de noviembre de 2018

"Los años rotos", Dacia Maraini

No nos dejemos engañar. Detrás de esa dulce mirada azul, esos cortos cabellos rubios, ensortijados y rebeldes y esa sonrisilla traviesa se esconde una mujer fuerte, decidida, valiente. No en vano pasó unos años de su infancia en un campo de concentración japonés, fue compañera de Alberto Moravia durante muchos años, amiga y colaboradora de Passolini, intelectual, implicada en proyectos culturales y sociales...Dacia Maraini no regala los oídos a nadie, dice las cosas claras, por su nombre, tal como las ve, las ha vivido y las siente, denuncia y reclama porque está convencida de que el deber del escritor es hablar de lo malo, lo feo, lo incómodo. La literatura tiene una función social, en su caso además claramente feminista, y debe denunciar, sacudir y conmover al lector.
De edad parecida a ella pienso en escritoras como su compatriota Lorenza Mazzeti o la canadiense Alice Munro que bajo la apariencia de adorables y frágiles ancianas se esconden mujeres de una extraordinaria solidez, dueñas de un verbo afilado, preciso, a veces algo ácidas y secas pero siempre tremendamente humanas.
"Los años rotos" que nos llega ahora de la mano de Altamarea Ediciones, fue escrita en 1963 por una joven Maraini que a pesar de sus veintisiete años demuestra no solo con su historia, sino con el tono que nos es contada, una mirada plenamente adulta y madura, a la par que desengañada. "Los años rotos" nos traslada a la Roma sencilla y cotidiana, pobre y gris, de principios de los 60, donde Enrica, una muchacha adolescente vive con sus padres, unos progenitores encerrados en sus propios mundos y tristemente frustrados en su lucha cotidiana por ir viviendo. El peso de la economía familiar recae en una madre triste y cansada que se consume lentamene bajo la mirada impotente de su hija y la indiferencia de un marido cuya única ilusión es la construcción de unas complicadas e invendibles jaulas para pájaros.
Enrica se reconoce dentro de unos años en su propia madre y por ello intenta buscar una vida diferente y mejor. Pero no va a ser fácil. Se enamorará de la persona equivocada, sufrirá maltratos, cometerá errores, le dará la espalda a quien se preocupa por ella, andará por la cuerda floja entre la decencia y la prostitución, se verá obligada a plantearse qué hacer con un embarazo no deseado...tanteos y primeros pasos fallidos de una vida adulta que se abre a un futuro incierto pero no exento de oportunidades. Es el futuro de Enrica y el de miles, de millones de Enricas en la Italia de los 60 y de hecho, en cualquier época y lugar de Europa, aun hoy en día, porque leída esta historia sorprende la frescura y vigencia que sigue teniendo hoy en día. Lo que también debería preocuparnos...


Fotografía de Boulevard literario        


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