En su día resultó una grata sorpresa descubrir una novela tan breve como intensa titulada "Nosotros en la noche" que el escritor norteamericano Kent Haruf, decidió escribir al enterarse por sus médicos que le quedaba poco tiempo de vida. A los 71 años y tras haber entregado las pruebas de este emotivo pero contenido canto al amor entre dos personas de avanzada edad, su autor falleció, aunque afortunadamente no nos dejó esta única novela sino también la llamada "Trilogía de la Llanura", tres obras ambientadas en Holt, un pueblo perdido entre las extensas llanuras de Colorado, del que Literatura Random House nos trae ahora el primer volumen, "La canción de la llanura" que, al igual que nos sucedió con "Nosotros en la noche" (publicada por la misma editorial), nos ha atrapado desde las primeras páginas y nos ha resultado imposible abandonar hasta llegar al final.
Nada sabíamos de Haruf pues posiblemente sea más conocido en su país que en el nuestro, pero desde luego es un autor que está a la altura de cualquier narrador norteamericano contemporáneo, de esa estirpe de escritores que, aun localistas por el contexto de sus historias, tienen la asombrosa capacidad de trascender más allá de sus fronteras y hacer llegar al imaginario de cualquier lector de cualquier parte del mundo, ese paisaje de llanos, desiertos, carreteras de Colorado, ganaderos, maestras de escuela, pequeñas comunidades perpetuadas en sus costumbres locales, en las que se suceden acontecimientos y se desarrollan emociones comunes a cualquier ser humano esté dónde esté: conflictos familiares, primeros amores, el descubrimiento del sexo, desengaños, el paso de la niñez a la adolescencia, la soledad, la búsqueda del calor humano, la pérdida de la inocencia, el avance implacable de la vejez...en definitiva, ese variado y cambiante caleidoscopio del que se compone la vida, esa que gira y avanza de manera similar para todos.
Haruf es un escritor sencillo en su estilo narrativo, directo, claro y libre de artificios pero eso no resta fuerza a la construcción de su artefacto literario pues con aparente facilidad va surgiendo ante nuestros ojos una espléndida novela coral sostenida por un plantel de personajes cuyas vidas se van entrecruzando de tal manera que unos se irán integrando en el presente de los otros para trazar un futuro en común que se irá desvelando a lo largo de esta novela, e imaginamos, también a lo largo de las otras dos que completan la "Trilogía". Pero aunque ignoráramos la existencia de esa continuación, "La canción de la llanura" funciona a la perfección como obra independiente. Hay una presentación de los protagonistas, unos nudos narrativos y sus correspondientes desenlaces de manera que la novela es unitaria, independiente y redonda aun cuando su lectura quede abierta a una segunda parte y aun cuando nos quedemos con unas ganas inmensas de seguir en compañía de ese íntegro profesor de instituto que es Guthrie; de sus hijos, los pequeños pero espabilados Ike y Bobby; la adolescente Victoria que tras su embarazo se ve obligada a buscarse la vida fuera de casa; la decidida Maggie Jones siempre dispuesta a echar una mano a los demás...y, de manera especial, echaremos de menos a los huraños, entrañables y bondadosos hermanos McPheron que se verán obligados a abrir las puertas de su casa y sus corazones a alguien más que a su ganado.
En el fondo, todos ellos son solitarios cuyos destinos Haruf juega a poner en contacto con una sorprendente naturalidad. La narración fluye de un hogar a otro, del instituto a la granja y al café del pueblo, de la estación del tren a las llanuras donde pace tranquilo el ganado...el pueblo de Holt es un pequeño escenario donde cada nuevo día se suceden pequeños dramas y tragedias cuya crónica es recogida en las páginas de "La canción de la llanura" bajo la que vibra un sentimiento y una intención muy clara por parte de su autor: evidenciar que en el fondo, todos buscamos compañía, afecto, comprensión, cariño y amor. Todos necesitamos amar y ser amados porque es lo que da sentido a la vida y nos hace plenamente humanos. Y Humanidad, en mayúsculas, es la principal característica de esta novela y nos atreveríamos a aventurar, que la principal característica de su autor porque alguien capaz de escribir con esta tremenda, simple, llana y contundente humanidad ha de ser no solo un gran escritor, sino una excelente persona.
Esperando ya la próxima novela. ¡No tardéis Literatura Random House!
Fotografía de Boulevard literario
No hay comentarios:
Publicar un comentario