Viste pantalón y jerséis grises de punto grueso, amplios y superpuestos; gorra y bufanda granates que abrigan un rostro arrugado, una sonrisa traviesa, unos ojos escondidos tras enormes gafas de vistosas monturas de color. Se quita la gorra y revolotean rebeldes, unas ondas de un rubio muy claro, casi blanco. Ha cumplido ya 90 años pero mantiene el porte, la mirada y la frescura de la niña que fue algún día, de la adolescente rebelde y dolida que protagoniza esta novela que acabamos de leer, publicada por la Editorial Periférica y cuyo título dice mucho del estilo y la manera en que está escrita: "Con rabia".
¿Y por qué con rabia si parece adorable esta viejecita que hemos encontrado en la red buscando información sobre la autora? Pues porque, como todos, Lorenza Mazzetti tiene una historia, pero en su caso, tan terrible y dramática que no es de extrañar que la haya convertido en testimonio literario desde la más profunda y exacerbada rabia.
Tras quedar huérfana, Lorenza fue adoptada junto a su hermana gemela por sus tíos: Nina Mazzetti y Robert Einstein (primo del famoso científico Albert Einstein) que ya tenían dos hijas. Junto a ellos, las hermanas Mazzetti vivían tranquilamente en Florencia hasta que la SS irrumpió un día en su hogar, asesinando a los tíos y a sus hijas, ante los ojos de las dos adolescentes a las que dejaron vivir.
¿Se puede seguir adelante con la propia vida arrastrando una experiencia así? ¿Cómo pueden gestionarse las consecuencias de tan terrible trauma cuando se es apenas una niña? Sea como fuere, Lorenza siguió adelante y es posible que, años más tarde, se sirviese de la literatura como ejercicio catártico para conjurar demonios, sanar heridas y pasar página, sin olvidar nunca el pasado pero mirando hacia un futuro mejor.
"Con rabia" es pues, una novela con un doble valor: el estrictamente literario y el testimonial. Es un texto autobiográfico pero pasado por el cedazo de la creación artística por lo que el resultado es una narración que rebosa autenticidad y que está escrita, aparentemente, de manera muy directa y natural, aunque a medida que avanzamos en la lectura, se observa un estilo cada vez más literario, más trabajado e incluso poético, de manera que en los últimos capítulos de la novela se suceden pasajes en los que lo onírico y el recuerdo se entremezclan con la realidad más inmediata y se resuelven con un gran poder evocador.
Lorenza Mazzetti, a través de la protagonista, Penny, habla con la voz de la adolescencia más auténtica, más apasionada y visceral que se pueda imaginar. Penny se cuestiona una y otra vez, el entorno histórico, social y cultural que le ha tocado vivir. Se rebela, furiosa, contra los convencionalismos, contra el papel que se atribuye a la mujer italiana de la época, contra el matrimonio, la religión, el pensamiento y la literatura vigentes en la Italia de posguerra. Se muestra inquieta y sumamente curiosa por todo lo que acontece a su alrededor, ya sea, en materia sexual como filosófica, lo que la lleva a buscar experiencias por un lado y a reflexionar y debatir sobre el sentido del Bien y del Mal, por otro.
Penny ha crecido con una carga muy pesada a sus espaldas, el drama de haber visto morir a su familia asesinada a manos de los nazis y el dolor por esas muertes, el recuerdo de su ausencia y de manera lacerante, el peso de haber sobrevivido y la idea recurrente de venganza. Penny siente que ha de tomar decisiones y actuar en consecuencia, siente que debe algo a sus muertos pero desconoce qué decisiones tomar y qué camino ha de seguir lo que le genera una angustia permanente, una rabia contenida que de vez en cuando, explota.
No cabe duda que a Penny/Lorenza la empuja a vivir esa rabia con la que se enfrenta al mundo, con la que a veces se comporta en su entorno más inmediato, buscando la discusión y la polémica con Elsa, la vieja cocinera de la familia; con Baby, su hermana o con sus amigas. Penny siente tanto y de manera tan intensa que el corazón se le desborda y se relaciona con torpeza y brusquedad con aquellos que más quiere. Algo bulle en su interior y no logrará canalizarlo hasta el final de la novela, un final que obviamente no desvelaremos y que cada uno interpretará como mejor le parezca, pero seguro que todos los lectores coincidiremos en que es un broche final con el que su autora desarrolla en la imaginación su más anhelada venganza y que posiblemente, en la realidad la ayudara a seguir adelante...
Fotografía de Boulevard literaria