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martes, 2 de junio de 2015

Canciones de amor a quemarropa

"Canciones de amor a quemarropa" de Nickolas Butler, publicada por Libros del Asteroide nos plantea una novela coral en la que varios amigos serán los distintos narradores de la historia reconstruyendo su pasado y hablándonos de su presente, cada uno desde su propia experiencia y su personal punto de vista.

No es un planteamiento nuevo ni especialmente original pero es una estructura narrativa que siempre suele funcionar porque le da a la historia agilidad, dinamismo, ritmo y una variedad de perspectivas que siempre enriquecen y complementan la información que el lector extrae del texto.

La lectura de "Canciones..." es fácil, rápida y una vez terminada, uno se pregunta qué tiene de especial esta novela cuando, en el fondo, lo que cuenta y los protagonistas nos recuerdan a tantos otros ya leídos o incluso vistos en alguna que otra película basada en las relaciones de amor, amistad y odio de un grupo de viejos amigos.
Quizá sea el tono en que está escrita. Da la sensación de que es un texto sin grandes pretensiones, pero sincero, bien narrado, con diálogos bastante creíbles y situaciones y personajes verosímiles (lo cual es de agradecer en este tipo de novelas). Y esa sencillez narrativa que les da autenticidad y empatía a los protagonistas consigue muy buenos resultados.

Imposible no recordar a "Libertad" de Jonathan Franzen por las semejanzas de algunos personajes (Lee recuerda a Richard, Henry a Walter y Beth a Patty), pero las similitudes acaban ahí. Si Franzen aspira a escribir la Gran Novela Americana y el texto resultante es extremadamente ambicioso (discutible es si "Libertad" está o  no sobrevalorada, pero eso merecería reseña a parte), Butler solo aspira a escribir un canto acerca de la amistad por encima de todos los avatares y desventuras que van acaeciendo a lo largo de la vida de cualquiera de nosotros.

Amores, odios, celos, envidias,  simpatías, dificultades económicas, accidentes, triunfos, fracasos...relaciones humanas en todas sus variaciones, superadas todas gracias a saber reconocer lo auténtico y verdaderamente importante que sustenta la vida de estos cuatro amigos de un pequeño pueblo de Wisconsin y que es válido y aplicable a todos y cada uno de nosotros, seamos de dónde seamos, y estemos dónde estemos: hablamos de las raíces, las pequeñas cosas cotidianas, el amor y por encima de todo, la amistad.

Una novela, en definitiva, de lectura agradable, amena y bien escrita a la que vale la pena prestarle atención.





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