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miércoles, 8 de enero de 2014

Aromas

Descubrí a Philippe Claudel con la novela "Almas grises" y me fascinó. Después leí "La nieta del Sr.Lihn" y me confirmó que Claudel es un escritor sólido, un narrador excelente con una sensibilidad notable y una aguda capacidad descriptiva.
Tras un tiempo sin leer nada nuevo de él (pues "El informe Brodeck", por un motivo u otro no ha llegado nunca a mis manos), leí no hace mucho, su recientemente publicado "Aromas" Casualmente, a mitad de su lectura, me enteré que Claudel estaba en Barcelona y que iba a dar una charla en el Instituto Francés, así que fui, movida por la admiración y para comprobar si el escritor era tan interesante como su obra.Y si, lo es. Comedido, algo tímido al principio, una vez empezó a hablar se mostró extremadamente locuaz, muy cercano a su público, habló de su obra y especialmente de la última, "Aromas".
Esta obra es un conjunto de textos (cuya extensión tuvo que limitar porque alguno se le iba de las manos), que evocan recuerdos de su pasado a través del poder que tiene el olfato al reconocer determinados olores.
Hay mucho de autobiográfico en esta obra, pues el autor vivió durante su infancia en un pueblo de Lorena rodeado de naturaleza, de ahí la constante presencia de la tierra, los árboles, el agua de los ríos...que remiten con sus fragancias a episodios del pasado  y los reconstruyen en la memoria.
La referencia a Proust y al poder evocador de su famosa magdalena es inevitable, pero mientras leer al primero es dejarse arrastrar por una prosa infinita dónde las frases se alargan y subordinan hasta lo imposible, leer a Claudel es hacerlo sorbiendo instantes. El lector tiene además la posibilidad de seguir el orden en que están escritos los textos o llevar a cabo una lectura aleatoria, dejándose llevar por el título o por el mismo azar. Cualquier opción es posible e igualmente gratificante.
La estructura y la meticulosidad en las descripciones me recuerdan a una obra de otro Philippe, Philippe Delerm y su "El primer trago de cerveza". Hay un parecido más que razonable entre ambas obras, porque las dos recuperan instantes memorables para sus respectivos escritores y ambos nos enseñan a reparar en esos pequeños detalles y escenas del día a día, que son los que en realidad van conformando lo que somos y marcando nuestra existencia.
Sin menospreciar a Delerm, Claudel lo supera en calidad literaria. Es un narrador excelente al que se le nota su pasión por la palabra. Leer a Claudel es disfrutar de una prosa cargada de poesía que fluye desde los momentos más cotidianos como en "Ajo" o "Aula", hasta los más íntimos, como "Despertar"; desde aquellos en los que la naturaleza es la protagonista absoluta, como "Lluvia de tormenta" hasta aquellos en los que el objeto más simple y familiar resulta tener una inesperada trascendencia, como "Jersey".
Os invito a abrir el libro por cualquier página, inspirad hondo y dejad que los "Aromas" de Claudel os embriaguen y os hagan disfrutar.

Aromas
Philippe Claudel
Editorial Salamandra

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